En lo simple está la historia y la vida. Esta casa está pensada para el descanso y el disfrute.
Rodeada de verde, es un proyecto construido para conectar con lo fundamental, el tiempo en familia y con amigos. El sol, la tierra. El aire y el tiempo libres.
Está dispuesta en una planta, donde el interior y el exterior dialogan en su expansión y apertura.
El barrio donde se emplaza no cuenta con electricidad, ni con conexión a gas. Esta particularidad, lejos de ser un obstáculo, se volvió una invitación a explorar otras posibilidades. La energía con paneles y estufas de pellets son el resultado de darle sentido a lo posible. Elecciones que, al final del día, terminan teniendo un impacto no solo en nosotros, sino en el planeta que habitamos.
Así, nace Morotí, como una oportunidad que llega, para empezar a escribir nuevas historias. Aunque algunas no necesiten ser contadas porque están ahí, en lo que elegimos. El nombre de esta casa significa ‘blanca’ en guaraní. Y con este modo de nombrarla, no sólo están honrando las raíces sino haciendo de la simpleza una entidad.
Casa Morotí es familia, es historia y es lo que todavía no está escrito. El disfrute y el descanso en el horizonte del porvenir.